Así como se habla de brecha digital se debería contemplar las diferencias que existen entre países en cuanto a libre albedrío en el ciberespacio. Hay ciertos países en los que una persona puede tener la posibilidad de comprar una computadora, conexión a Internet y el conocimiento para usarla, pero no puede acceder cierta información.
Leslie Harris, Directora Ejecutiva del Centro por la Democracia y la Tecnología de Estados Unidos, aclara que la web puede funcionar también para controlar a la población, ya que proporciona las herramientas de rastreo y las bitácoras de prácticamente cada movimiento de cada usuario.
“En los países con regímenes autoritarios se da una tendencia a remodelar Internet como instrumento de control, erigiendo barreras para impedir la entrada de contenidos y creando dispositivos de vigilancia a gran escala. Esos países utilizan la tecnología para espiar a los disidentes en Internet, averiguar quiénes se ponen en contacto con ellos y controlar el contendido de los sitios y las comunicaciones”.
Lo descrito en esta cita coincide con lo que relata Andrés Oppenheimer en su libro Cuentos Chinos. El periodista al llegar a la República Popular China intentó acceder sitios web de prensa internacional y le fue imposible. Todas ellas bloqueadas excepto la del periódico estadounidense The New York Times, aunque dentro de esta también eran inaccesibles las páginas que contuvieran noticias negativas del país asiático.
Así, es evidente que dentro del pequeño porcentaje de la población mundial que tiene acceso a Internet se marcan diferencias en el ejercicio del derecho a la información y se logra mantener un control sobre lo que llegue a cada individuo.
Además, este control ha derivado en persecución, por ejemplo en el caso del blogger iraní, Kianoosh Sanjari, quien fue arrestado en el 2006 tras escribir en su blog sobre el conflicto entre la policía iraní y los seguidores del clérigo chiíta Boroujerdi.
Aunque este caso no es la norma en la mayoría de los países se debe tomar en cuenta que existe y sobretodo que hay quienes ven el gran poder de la web como una amenaza. Es importante lo afirmado por Leslie Harris sobre la globalidad de la web y cómo una acción que se tome a nivel individual o colectivo puede afectar a muchos otros usuarios de otras regiones del mundo.
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